La revolución del consumidor masculino permite que los hombres sean un target importante para las firmas de higiene y arreglo personal. De acuerdo con investigaciones de Plannning Antropológico, el consumo de productos de belleza por parte del hombre heterosexual —nicho al que llegaron con el consumidor gay como puente— es el principal factor que le ha dado el crecimiento a la categoría.
“Marcas como Lancôme tienen su línea de hombre y ya los ves en las tiendas departamentales y de autoservicio en la búsqueda de ese tipo de productos. Es un reflejo de la potencia de las marcas de generar nuevos mercados, que está acompañado de una evolución social, lo que a veces se nos olvida a los mercadólogos”, indica David Carballo, director de esta agencia.
Para Carballo, El hombre nuevo —como se titula el estudio de este nicho realizado en Planning Antropológico— es la contraparte del hombre tradicional, al que se le enseñó a ser el principal proveedor del hogar y no mostrar sus sentimientos. Este segmento está conformado por hombres cooperativos y comunicativos que no temen mostrar su vulnerabilidad y pedir apoyo. “Es difícil que un hombre de más de 45 años haga la transición a ser hombre nuevo, pero sus propios hijos ya tienen otros elementos educativos”, explica.
De acuerdo con el director de Planning Antropológico, la personalidad de este nicho se refleja más allá de su vida personal y laboral: en el ámbito de la decisión de compra, en donde asegura que el reinado de la mujer ya terminó. “Tenemos que reaccionar más rápido para hablarle a ese segmento, hace falta responder en presentaciones y estética”, advierte. Es así como en la publicidad de firmas como El Palacio de Hierro se amplió el panorama de nichos y otras como eGo, Gillette y L’Oréal se enfocan en el consumidor masculino gracias a portavoces como Jaime Camil, Rafa Márquez y Patrick Dempsey, respectivamente.
Por Pamela Escamilla
MERCA 2.0
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